Wednesday, December 17, 2008

El rey ha muerto. ¡Viva el Rey!

León Febres Cordero Rivadeneira, sin lugar a duda uno de los políticos más influyentes del Ecuador durante los últimos 25 años, ha muerto. La prensa se apresura a reivindicar la imagen autoritaria e intolerante que caracterizó al político Febres Cordero exaltando su trabajo como alcalde de Guayaquil que, a criterio de muchos, devolvió a la ciudad la belleza perdida durante muchos años. Aunque es innegable la enorme influencia ejercida por Febres Cordero y su Partido Social Cristiano en la última etapa democrática de Ecuador, sin embargo, ahora parecería que los medios se esfuerzan por presentar un Febres Cordero distinto del que algunos con algún esfuerzo de la memoria recordamos. Y es que no hay novia fea ni muerto malo. Como mínimo, creo que sería justo sostener que Febres Cordero fue uno de los precursores en la política ecuatoriana del estilo confrontacional, bravucón e insultador que nos es característico, y además fue un hábil “continuador” de las estrategias populistas y clientelares de nuestra política. El gobierno de Febres Cordero fue particularmente violento y autoritario y ni hablar de su manejo económico que favoreció abiertamente a bien identificados grupos económicos de la Costa. Luego de su presidencia, su presencia fue determinante en el ambiente político del país, al punto que un gobierno democráticamente electo por una importante mayoría, al poco tiempo de iniciado su mandato tuvo que viajar a Guayaquil a presentar sus cartas credenciales ante el “dueño del país”, donde realmente se encontraba el poder. Sobra decir que los intereses defendidos por Febres Cordero, aunque ocultos detrás de la retórica de la defensa de los sagrados intereses del pueblo, nunca coincidieron con los intereses de la mayoría. Sino que lo diga el Sr. Aspiazu del Banco del Progreso.

La muerte de Febres Cordero no puede borrar lo que hizo en vida. León Febres Cordero Rivadeneira fue uno de los tantos políticos que han sido nefastos para el país. Con su muerte será el país el que pueda descansar en paz, al menos por un momento. Pero, seamos realistas, un nuevo “líder” ya ocupará el vacío dejado por León. Un pueblo políticamente maduro no puede permitir un nuevo Febres Cordero.

No comments: